1. En pleno debate sobre la autoría de El Coloso de Goya, Valeriano Bozal ha tenido el buen sentido de reeditar, en la Balsa de la Medusa (2009), su espléndida monografía sobre las Pinturas negras de Goya. Al corpus de la edición previa, de TF, además de algunos añadidos y de una introducción, Bozal, y es sin duda lo más sobresaliente de este acontecimiento editorial, ha redactado de nuevo (tras varios trabajos previos en el mismo sentido) una parte final sobre la influencia de Goya en los orígenes del arte moderno (entiéndase contemporáneo). No me lo perdería. Bozal estrena, o casi, en el ámbito de la plástica, un nuevo concepto de influencia, que tiene que ver con la apertura de horizontes, o de mundos, y con lo que él llama la intención (no del autor, sino de las pinturas mismas). Un ejercicio interesante de comparatismo, lo más parecido a las relaciones de intertextualidad, tal y como las entiendo. En una palabra, se trata de asociar unas cosas con otras por elección afectiva y significativa. Estoy de acuerdo en que la aportación de Goya tiene más que ver con el modo en el que despliega esos mundo (un modo inmanentista, con una visión nihilista del tiempo), que con la originalidad de esos mundos.
2. Por cierto, de las dos atribuciones de autoría recientes, y más sonadas, aludidas en este blog, además de la que se refiere a El Coloso (Bozal dice que a su juicio la cuestión no ha hecho más que comenzar), parece descartada la del autorretrato de Miguel Ángel.
3. Veo con alivio que Gredos sigue publicando nuevos volúmenes de la Biblioteca Clásica (¿para cuándo la edición de las Confesiones de San Agustín?). Acaba de aparecer Las leyes de Cicerón (es el número 381). En estos tiempos en los que el desprecio a la ley es manifiesto (hay piratas en el Índico, y en el seno de las más altas instituciones también), yo les daba a los diputados un cursillo de 10 días (que es lo que han empleado en formar a los nuevos guardatuneros) y les hacía copiar a mano el texto de Marco Tulio. Tiempo les sobra. Y, en un plano aún más decisivo, y para los que no se dan cuenta de que nuestro sistema jurídico es inseparable de un sistema material de valores, o sea que las leyes de la mayoría pueden ser radicalmente injustas cuando tocan los fundamentos de la vida humana, les copio dos frases tan breves como elocuentes, ambas del Libro I: "Lo más absurdo es considerar que es justo todo lo que se ha sancionado en las instituciones y en las leyes de los pueblos". "Si la naturaleza no va dar firmeza al derecho, se suprimirían todas las virtudes… porque no existe ninguna justicia en absoluto sino lo es por naturaleza, y la que se establece por mera utilidad será pronto echada abajo por otra utilidad de signo contrario". Para la tranqulidad de las mentes laicas (como es la mía, por cierto), hay que señalar que la defensa de una determinado concepto de naturaleza humana, en el que se fundamenta cualquier posibilidad objetiva de defensa de la dignidad inherente a todo hombre, no es propiamente un invento cristiano.
4. Una persona me sugería, a propósito de la distinción (sucesiva, no excluyente) entre conocer y reconocer de la que hablaba hace pocas entradas, la importancia del des-conocer. Y lo hacía, claro (?), aludiendo a la Nube del Desconocimiento. The Cloud of The Unknowing. El tratado anónimo del siglo XIV. La primera vez que me encontré con este texto inglés fue estudiando los Cuatro Cuartetos de Eliot (nadie como él ha asociado textos e imágenes en sus obras; yo querría ser un mero aprendiz del viejo gato). And you see behind every face the mental emptiness deepen/Leaving only the growing terror of nothing to think about;/Or when, under ether, the mind is conscious of nothing–/I say to my soul, be still, and wait without hope (Burnt Norton, III). La caída, el vaciamiento nunca suficientemente reforzado, el terror ante la nada, y el tipo de consciencia, pasiva, que se desprende, cayendo, de ese terror. L´autore de la Nube sa dunque andare al cuore delle cose. Nella dimensione dell´esere, ma anche, dell´esistere. Conocer, reconocer y des-conocer se funden en la noche. Apenas se entrevé algo que no es. Recuerdo (a propósito de la bellísima foto que encabeza esta entrada) una frase de un místico del XX, que te la dedico a ti: La nebbia è l´opposto dell´astratto. E´l´ogetto totale.
5. A primeros del mes de agosto hablé, con ligereza, de un escritor al que admiro. Recientemente me lo encontré y me afeó la conducta. El modo en el que lo hizo, el valor de sacarme el tema sin ningún rubor, y sin la menor violencia verbal, todo lo contrario, pero queriendo que la verdad prevaleciese, revelaban las formas inequívocas de la inteligencia y de la humildad. Mi admiración no ha hecho sino crecer, desde entonces.
6. Estos días no he parado de dar vueltas a la frase de Agustín, según la cual Dios que nos creó sin nosotros, no nos salvará sin nosotros. Nunca la había entendido. No me entusiasman las paradojas. Pensaba que se refería a una especie de opción fundamental final, del concurso necesario de la voluntad propia, por muy inspirada que ésta deba de estar, según el dogma católico, por la Gracia. No digo que no tenga que ver con eso, pero creo que se refiere a otra cosa de modo principal. Dios que te ha creado sin ti: que te ha hecho así, por temperamento, que ha permitido unas circunstancias conformadoras en tu vida, no te salvará sin tenerlo todo en cuenta. Es más, te salvará desde ese modo de ser tuyo (en el que no has participado más que como un mero actuante entre muchos otros), por ese modo de ser tuyo, con todas sus debilidades e imperfecciones, amadas por Él, queridas por Él, para ti. Eso es lo que puede querer decir que no te salvará sin ti. A eso me refería, Isabel.
4 comentarios:
Me gustaba más la imagen del perrito :))...pero ésta también está bien.
Me ha gustado mucho la explicación de la frase de San Agustín. Lo que está escrito, o el destino no se opone a nuestra forma de ser, sino que se escribe a partir de esta última.
Pensaré en ello, porque me hace mucha falta.
ya somos dos
Agh, mi comentario se ha borrado, intentaré recomponerlo. Hablaba con entusiasmo de los puntos 3-4, de esa medida tan interesante para que aprendan nuestros zafios políticos, Herr Professor. Luego me preguntaba quién sería ese escritor del 5, y cuando ya estaba enfrascada en el 6, con los temas agustinianos y pensando: Mmm, quizás esto es lo que quería decir... me he sobresaltado al ver mi nombre. Molto bene!
me alegro mucho de lo que me dices del 6
no tengo el menor inconveniente en decirte que el escritor del 5 es Enrique Vila-Matas
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