Hablábamos ayer, entre otras cosas, de esto. Al dormirse, un poema de Hesse: "Y el alma, borrada/quiere volar con sus alas, libre/para vivir profundamente y mil veces/en el círculo mágico de la noche", que inspiró la tercera de las llamadas cuatro canciones, últimas (la última en realidad es Malven), de Richard Strauss, escritas después de la guerra, canciones que nunca se interpretaron en vida del compositor y que han sido consideradas como su testamento poético. De las muchas versiones que existen (Elisabeth Schwarzkopf, Jesse Norman, Kiri Te Kanawa), yo es la que prefiero.
3 comentarios:
Ah, yo siempre tuve la de Kiri Te Kanawa, primero en vinilo, hace años, me la regaló un partner que tuve, y luego en cd. Pero voy a escuchar ésta tuya, a mí me encantan esas piezas de Strauss
Huy, es muy bonita, casi parece más espiritual ésta... ahora tendré que comprármela...
a mí me pasa ese tipo de cosas
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