viernes, 22 de mayo de 2009

Harold Brodkey

Desconfío de los resúmenes, de toda clase de descenso a través del tiempo, de cualquier exceso de confianza que alguien deposite en la veracidad de lo que rememora; creo que quien afirma comprender algo pero permanece imperturbablemente sereno, quien asegura que escribe sus recuerdos con sosegada emoción, es un necio y un mentiroso. Comprender es temblar. Rememorar es regresar a algo y sentirse conmocionado. Después de girar por el aire en un simulacro de vuelo, el acróbata permanece erguido sobre la plataforma y realiza un simulacro de reverencia, como si aquello por lo que se le aplaude fuera fácil para él y no le costara nada, aunque mientras tanto le cubre el sudor y su sonrisa está ribeteada por un escalofrío de alivio que da que pensar; obra como es propio en el mundo del espectáculo: finge ser un superhombre. Estoy harto de eso. Admiro la facultad de arrodillarse delante del acontecimiento.

4 comentarios:

Dani dijo...

Me acabo de comprar su libro sobre Kafka. Me he leído el prólogo de Magris subiendo las escaleras. La concepción de la literatura como el discurso sobre las cosas últimas me ha iluminado de por qué encuentro tanto consuelo en la creación literaria. Y la interpretación esperanzada sobre la descripción más impactante que he leído nunca sobre las "letrinas del corazón" humano (cuando leí el Proceso) es algo que espero descubrir con su libro y con la soberbia invitación de su mentor italiano. Enhorabuena por compartir su forma de caminar en el mundo.

Belnu dijo...

Iba a decir: yo también, por el texto que acompaña a la portada de Brodkey, pero aquí me encuentro este pequeño homenaje bien escrito y también quisiera decir "yo también", ya que cada vez que paso junto a tu libro, que se obstina en quedarse en mi mesa, tal vz por todos los puntos marcados sobre los que quisiera volver o preguntarte, me vuelven los ecos que me produjo su lectura y me gusta la sensación

Adelarica dijo...

Dani, espero que le guste, pero no se haga muchas ilusiones, quizás le decepcione si busca consuelo. Kafka se concentra de tal modo en la realidad que no es fácil ver en qué sentido alberga esperanza. No sé, Ud. no se haga demasiadas ilusiones, eso es todo.

Adelarica dijo...

Había dejado pasar este comentario, bel, y no debo dejar de agradecerte una vez más tu generosidad; me gusta tu manera de leer, exigente, penetrante, y eso me ha tranquilizado un poco sobre el libro.