sábado, 2 de mayo de 2009

Josif Brodsky,1

Hace unos días, buscando cosa distinta en la red, encontré esta foto de Brodsky. Lo primero que me llamó la atención es que no la conocía: no es que conozca todas las fotos del poeta, pero en fin, siempre he sido tan curioso para lo que me interesa como indiferente para lo que no me atrae. Lo segundo fue que me pareció que era una foto que le reflejaba de una manera particularmente intensa. No puedo olvidar su frase de que más que un poeta, en realidad él era un manojo de nervios. En la foto se aprecia perfectamente esto: el hombre que no tuvo ningún miramiento en espetarle al Leviatán soviético las mayores lindezas (¿conocéis las actas de su juicio político?), corre asustado como un conejo ante el disparo de la cámara del tal Baryshnikov. A mí no me cabe duda de que ambos (se nota aún más en la mujer) han captado la presencia del ojo indiscreto y de que no les hace ninguna gracia el hecho de ir a ser inmortalizados de esa forma. Who Knows? Lo tercero, fue lo guapa y lo joven que me pareció la chica que le acompaña y a la que rodea con su brazo protector, mientras con la otra mano restriega sus occhiali d´oro contra la verja de ese parque, creo que neoyorquino. No se miran, no miran hacia delante en su camino, pero se nota que ambos están pensando exactamente lo mismo y que debió de ser algo así como que viva la sociedad del espectáculo.
La foto tenía un escueto pie de página aclaratorio: El poeta Joseph Brodsky y su mujer, María. Yo recordaba que cuando Brodsky se pasó físicamente a Occidente, gracias entre otros a su adorado Auden que lo esperó personalmente en Viena (qué amistad más extraordinaria mantuvieron), había dejado a una mujer en San Petersburgo que se llamaba María. En algún lugar cuenta que ella no quiso acompañarlo. ¿Era esa María la que aparecía a su lado en esa foto tardía? Yo calculo que la instantánea fue tomada en los últimos dos o tres años de su vida. Pues entonces no puede ser porque la niña en cuestión no tendría, en el año del exilio, ni siquiera diez años. Como estaba confuso, y curioso, le pedí a un gran amigo que me sacara de dudas. Antes que nada debo decir que mi amigo es un experto en Brodsky, que ha realizado muchos trabajos sobre él (incluida una espléndida tesis doctoral que tuve el honor de dirigir: al final seré recordado si acaso en una nota a pie de página, más por ese acierto que por cualquier otra cosa, de lo que me alegro en el alma). Sí, es un gran experto en el ruso pero no precisamente en su vida sentimental. En realidad creo que no conozco a nadie que sea más respetuoso con la vida de los demás, vivos o muertos, que Antonio. Aunque hace ya muchos años que el ejemplo moral me lo da él en todos los sentidos, de hecho, casi me daba vergüenza preguntarle nada a ese respecto. No obstante, ante mi pregunta, me contestó lo siguiente: "Sí, ella es María Sozzani-Brodsky, es la viuda de Brodsky la madre de su hija Anna que nació el 3 de junio de 1993. Sozzani era de origen italiano y ruso y fue su alumna en un curso en París, se casaron en 1990. So forth está dedicado a las dos, madre e hija; hay un poema, 'Dame otra vida' que no olvido".
Continuará…

7 comentarios:

Belnu dijo...

A mí no me ha extrañado nada la belleza de ella, en realidad he pensado algo como "Claro, todo encaja", dada la búsqueda de la belleza de Brodsky, ¿recuerda aquel libro suyo de Venecia? Oh, mi memoria, lo diré más tarde.
Piensan lo mismo o piensan en lo mismo? Yo creo de todas formas que piensan en algo vital y más personal.
Pero yo venía aquí a depositar mi cita entera de JRJ, que está en un viejísimo link de mi blog, cuando no era lo que es (ni tenía apenas visitantes y yo dudaba si continuar), sino un boceto
http://isabelnunez-zbelnu.blogspot.com/2006/06/citas_11.html

Adelarica dijo...

watermark!
muy buena la precisión: piensan en lo mismo
yo también creo que piensan en algo más personal, pero no sé si vital es la palabra: Borodki estaba muy mal del corazón y sabía que se moría,
gracias por el link; luego le contesto con más calma, me espera una comida campagnard!

Belnu dijo...

Eso es, Watermark, qué libro deslumbrante. Un diner campagnard, sagitariano sin duda. Yo una comida urbana, y ahora cine oriental, on verra bien.

María dijo...

Una foto preciosa,preciosa...

Lauren Mendinueta dijo...

Tengo muchas expectativas para la siguiente entrada. Esta me encantó.

Lauren Mendinueta dijo...

Por cierto, Álvaro, no sé si leiste la entrada que le dediqué a Brodski el año pasado.Tú sabrías apreciarla,

Adelarica dijo...

Mañana escribiré de nuevo sobre nuestro comúnmente admirado escritor ruso: claro que la leí, ¿la de Navidad? me encantó