Desconozco cuánta verdad contiene el adagio wallacestevensoniano según el cual "el poeta mira al mundo como un hombre mira a una mujer", y tampoco deseo averiguarlo del todo. ¿Funcionará al revés, cuando se trata de una poetisa? Es una de esas frases que sugiere cosas que me dan miedo. Lo que sí sé es que mi mirada al mundo no sería la que es sin unas cuantas mujeres que me orientan, desorientándome. Mientras redacto un texto para mí muy arriesgado y dificultoso, sobre la obra fotográfica de una amiga, recuerdo una conversación entrecortada en Madrid, con una persona sabia, además de varios avisos y recomendaciones navideñas de gente que se preocupa por mí, y que han puesto en crisis, una vez más, el sentido de la escritura de este blog (y especialmente el de estas notas de condenado). Los reproches se entrecruzan en direcciones varias: desde quien piensa que algunas de las cosas que aquí aparecen excitan un voyeurismo morboso (sería la cruz de la otra cara: mi exhibicionismo), hasta quienes opinan que siempre me callo cuando comienza lo interesante. Un tercer sector, minoritario pero sin duda aún más sutil, suma ambos reproches en uno, y afirma que el blog se desenvuelve en una fórmula demasiado explícita para algo que tiene demasiado poco interés. Si se trata de un cuaderno de notas, guárdatelo para ti y ofrece, con más pausa, sólo los frutos ya elaborados. Un artículo precioso de Enrique Vila-Matas, del pasado domingo, Tarea de tinieblas, que recordaba el aforismo de Kafka según el cual: "Lo positivo nos es dado al nacer; ahora nos toca hacer lo negativo", añadió algunos elementos a la cartesiana meditación sobre la prolongación patológica de mi yo que es este blog. Coincido con el autor del artículo en que "la realidad no puede aspirar a la plenitud si no cuenta con su correspondiente contradicción y negativo", y a mí también me gustaría creer que "como narrador, siempre preferiré la reflexión, la indagación, el revés del fotograma realista, una tarea de tinieblas, salir en busca de la emoción emboscada, ensayar una expedición a ese núcleo duro y, en definitiva, desplegar el arte de lo negativo", pero, ojo, que yo (no digo que no sea el caso de VM, aunque no debo darlo en absoluto por supuesto), me refiero a lo negativo también en un sentido moral, y a las tinieblas en el viejo sentido espiritual del oficio de tinieblas. En este punto, vida interior (o religiosa), equilibrio psíquico y tarea literaria o se dan la mano o se dan de manotazos. No fui yo, sino el propio Wallace Stevens quien dijo que "cuando se ha dejado de creer en un dios, la poesía es la esencia que ocupa su lugar en la redención de la vida". Pero, ¿se trata de esto? ¿Es ese realmente el problema? ¿Es que ahora nos vamos a tragar eso de que el arte nació del pecado de Adán y Eva? ¿Qué se hicieron artistas (textiles) al sentir su desnudez ante la mirada reprobatoria del Señor del Edén? Reconozco que todos estos inputs me han sumido en la perplejidad. Si se llevan las cosas al extremo, habrá que convenir con Wittgenstein, otro radical, que lo mejor es sencillamente callarse (y rezar, añado yo). Desde luego lo que a mí no me vale es utilizar la literatura como un simple velo; detesto la impecabilidad, y más aún su apariencia hipócrita, lo que no me impide caer en ello con ambos pies: yo preferiría recorrer el camino a la inversa, y desnudarme. Confieso que no tengo la menor idea de, en esta encrucijada, qué camino tomaré. Os lo iré contando, o no, quién sabe. "La relación del arte con la vida –añade Stevens, que en esto se atrevió a señalar lo que otros callan– es de primera importancia, especialmente en la era escéptica, puesto que, en la ausencia de la creencia en Dios, la mente vuelve a sus propias creaciones y las examina, no sólo desde el punto de vista estético, sino también por lo que revelan, por lo que validan o invalidan, por la ayuda que proporcionan". Hasta ahora la solución por la que he optado no es otra que la de convertir este problema, vital, en la sustancia de mi literatura. Me gustaría creer, con VM, que "si uno escribe y es fiel a sí mismo, teniendo en cuenta que su experiencia es única, siempre puede aportar sensaciones o ideas nuevas". Ojalá sea así, también el futuro año que se inicia. No lo sé. Pero bueno, no hace falta ponerse trágico. Estamos en la víspera del Año Nuevo. También dijo el sabio de Hartford que la poesía debe de ser irracional (la razón destruye y el poeta debe crear). Estoy de acuerdo, en la medida en que el arte de la escritura lidia con la bestia parda que somos cada uno. Como John Wayne con la jirafa de la película Hatari. Lo que más me gusta es el movimiento acompasado de ambos al levantar la pierna derecha. Parece que están bailando. Al menos, la cara de Wayne es de enorme satisfacción. A lo mejor esta noche de juerga acaba uno bailando con una jirafa. Será tan sólo otra metáfora de la vida y de la poesía, cuando realmente es vida. Os deseo una feliz salida y entrada de año, aunque no olvidéis que no somos nosotros los que entramos ni salimos en ninguna parte: es el tiempo el que manda, y el tiempo, como dijo Auden , sólo adora al lenguaje.
14 comentarios:
Querido Álvaro:
Me parece que siempre surgen las mismas dudas. Quiero pensar que lo más importante es compartir con los demás (literatura, descubrimientos, etc). Yo deseo una larga vida al blog y un feliz y buen 2010 a ti.
¡Un abrazo!
gracias, Sara, yo también te deseo todo lo mejor, y además, con ese nuevo look, qué chulo!
Lo mismo te deseo... Sabía que te gustaría la foto. Tiene un no sé qué, que hasta yo no puedo dejar de mirarla.
Algo de magia, supongo... Eso que en los últimos meses he empezado a recuperar, en gran medida, por la gente tan maravillosa que me rodea. Tú incluído, aunque siempre nos separen los kilómetros.
Feliz año y un beso enorme para ti y para toda la familia.
A mí deberías ponerme entre los que necesitan seguir leyéndote en este espacio y piensan que no hay ningún exhibicionismo, sino reflexiones, meditaciones e interrogaciones generosas, y en cuanto a lo que no dices, acaso no son importantes los silencios en todo lo literario? A mí también me gustó ese artículo de VM... Espero que siga este blog y que el año nuevo nos traiga tu novela publicada y más madera para seguir!
Gracias Anna, verte ahorrando, que ya sabes lo que tenemos pendiente
Y no dejes el color, es un don que tienes!
Bel, muchas gracias! Sabes lo mucho que me importa tu criterio… Te deseo todo lo mejor!!!!!
Álvaro, no sé si te he dicho que estoy pasando estos días cerca de Barcelona. Como tantas veces te había oído hablar con admiración de “El quadern gris”, de Plá, estoy aprovechando estos días para leerlo. Y estoy disfrutando un montón. No veo gran diferencia, en lo que se refiere al género, entre lo que estoy leyendo y tu blog. Tampoco entre la manera de ver el mundo de Plá y una parte importante de tu propia mirada. Para mí lo más radical de este diario tuyo es ese empeño constante por buscar el dolor y la falta de sentido del ser humano y cargarlo sobre tus espaldas. Es pretencioso, y quizá por eso hay fluctuación entre el exhibicionismo y el ocultamiento, los abismos y el sermón. Eh bien! Aunque quisieras no podrías escapar a tu destino.
Feliz año!
feliz año a ti también
leyéndote me he acordado de aquello que escribía J.A. Valente... como yo no lo diría mejor, te lo copio:
Escribir es como la segregación de las resinas, no es acto, sino
lenta formación natural. Musgo, humedad, arcillas, limo, fenómenos del fondo y no del sueño o de los sueños, sino de los barros oscuros donde las figuras de los sueños
fermentan
Escribir no es hacer, sino
aposentarse, estar.
J.A. Valente, Mandorla 1982
simplemente ser...
Por eso, lo que me sorprende siempre que escucho las opiniones de los otros sobre un blog o una escritura necesaria y libre, luminosa aunque oscura, como la tuya, no me pregunto si el lícita o no, sino que lo que me interroga son las razones de esas voces para reprocharte algo... que creo que les pertenece, que es suyo
me quedo bailando con tu jirafa, y con eso tan bello que escribía Vilamatas: el rumor es un lugar, el rumor es humano
por un año lleno de escrituras, de aventuras como este blog, de encuentros.
Por cierto, es muy interesante eso que escribes al principio de la mirada de la mujer que desorienta y así encuentras tu mundo
deberías escribir algo más sobre eso, y sobre ese vacío que rodeas, que tanto nos interesa,
abrazos y feliz 2010!
Bueno, toda escritura es una tensión y un juego entre lo que se calla y lo que se dice.
Por lo demás, Belnu y el objeto a han hablado tan bien que no sé si puedo añadir mucho más.
Tal vez la réplica (que creo ya una vez le dejé a el objeto a) de Derrida al axioma de Wittgenstein: "lo que no se puede decir, no hay que callarlo, sino escribirlo".
Y yo, aunque las Amapolas continúen en silencio, seguiré viniendo a leer estas notas.
Un abrazo con mis mejores deseos para este 2010.
muchas gracias objeto a
la cita de Valente, como casi todo lo suyo, es impresionante y certera
yo también creo que hay algo patológico en esos reproches (en algunos al menos), pero si no lo hubieras dicho tú, yo me hubiera callado
quizás escriba algo sobre esto, mañana o pasado
en una palabra, pienso lo mismo que tú, que viva la libertad
y, por cierto, estoy leyendo con gran interés a Badiou (gracias x el descubrimiento)
gracias Bel M. Qué gran lector era Derrida! Con un añadido como ese a la frase del final del Tractatus, basta para pensar durante un año nuevo, como el que comienza
Gracias por pasarte y que nos sigamos leyendo y viendo
me alegro te guste Badiou, a mí me gusta su idealisto contemporáneo y freudiano.
Es bonito lo que dice Bel M. de lo que uno se calla y la tensión constante...y su cita de Derrida, yo uso a menudo (en clínica) otra variación de la misma: lo que no se puede decir, sólo puede ser mostrado, señalado (también en el sentido de escrito (im)posible, derridiano
Wittgenstein escribió cosas muy bellas acerca de cómo uno da cuenta del dolor de estar vivo
abrazos
sin duda, tengo en la mesilla de noche sus Diarios de los años 30… por ejemplo, a mediados de octubre de 1930, dice: "Podría decirse de un autobiografía: esto es lo que escribe un condenado desde el infierno". Je me sens trop proche… Y, unos días antes, dice: "Si me colocan encima una serie de velos veo todavía claro, a saber, los velos. Pero si me los quitan, de modo que mi mirada pudiera avanzar más hacia mi yo, entonces mi imaginación comienza a hacerse borrosa"
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