lunes, 9 de marzo de 2009

Opiniones mohicanas

He visto, este fin de semana, dos películas (El lector y Gran Torino), me gustaría expresar de paso algunas opiniones un tanto particulares y conocer la vuestra (que nadie se agobie: soy plenamente consciente de que hay que trabajar y de que tendréis cosas mejores que hacer que entreteneros, como hago yo, con estas naderías):
1. Por más que lo intento, no consigo tomarme en serio el cine de masas (me pasa lo mismo que con algunas personas).
2. No me gusta que el cine de masas plantee dilemas morales. Dichos dilemas me parecen casi siempre superficiales, cuando no directamente falsos o tendenciosos.
3. Lo único que se puede salvar, de una película como El lector, es el erotismo: el modo en el que está contado el descubrimiento del sexo por parte de un adolescente en celo (recuerda vagamente al mejor Singer, el autobiográfico). Si no fuera porque no me lo perdonaríais, diría que… venga, ¡qué coño!, llevamos un año de confidencias y somos todos adultos, diría que lo único que salvo de la peli es el culo de la Winslet. La imagen de la desnudez de los cuerpos es un narcótico para que después te tragues el sapo. El erotismo, en este caso, está unido a un morbo sádico (el hecho de que sabemos que la mujer ha sido una torturadora). De ese modo, ella le tiene cogido a él (en este caso el argentinismo viene como anillo al dedo), de por vida, por la parte que no voy a nombrar.
4. Lo único que se puede salvar de una película como Gran Torino es el modo en el que está reflejada la verdad de que, con frecuencia, la unión con la familia de sangre queda reducida a una relación convencional y destructiva. La única fraternidad posible pasa necesariamente por la elección y el espíritu (algo tan fuerte, humano y maravilloso que puede en ocasiones hasta salvar la relación familiar y de sangre). El señuelo que te prepara para la farsa final, en este caso, es el atractivo que tiene la figura de un Eastwood evocador del mito Dirty Harry. La inmensa mayoría de los espectadores nos vemos íntimamente defraudados: hubiéramos preferido mil veces que pasara a cuchillo a cada uno de los rollitos de primavera.
5. El resto, en ambos casos (la pretendida confesión de Eastwood de que hay que encontrar un modo de superar la violencia mediante la autodonación, y la idea falsa de que pudiera haber una injusticia en la aspiración a un resarcimiento legal por las atrocidades del Holocausto) están planteadas con dosis insoportables de grandilocuencia e inverosimilitud.
6. La aceptación acrítica de cuanto el cine de masas nos presenta como verdades emotivas nos hace más débiles, moral e intelectualmente hablando. Nos prepara para aceptar atrocidades morales por razones emotivas (os podéis imaginar, a la vista de lo ocurrido la semana pasada, en qué estoy pensando). Nos aleja de la realidad del ser humano.
7. En el cine de masas todo pasa de modo vertiginoso. Es un recurso para que no te des cuenta de que te están metiendo la porquería de canto. Cuánto más se imposta la voz, cuanto más serio quiere parecer, resulta en el fondo más insostenible.

3 comentarios:

Ion Egúzkiza dijo...

Puedes ver ¨Bella¨, que no es cine de masas y plantea un dilema moral bastante actual. Quizá Verástegui sobreactúa, aunque no soy experto para afirmarlo con rotundidad.

Anónimo dijo...

No puedo considerarme una experta en temas de cine. Estoy y no estoy de acuerdo con lo dicho en esta entrada...Estoy de acuerdo en que el cine de masas nos atonta y nos plantea cuestiones morales por la vía emocional y muchas veces también es verdad que "chupamos" mucha mierda. Cierto es que hay guiones muy (pero que muy) simples pero no creo que nos ofrezcan una visión que nos aleja del ser humano, es más podría decir, que retrata una faceta nuestra,a veces un poco simplona. Muchas veces critico el cine de masas pero soy una más que va al cine o disfruta viendo una de esas películas en casa, en una tarde de bajón, cuando quieres ver algo que no te haga pensar. Pero ese cine no es la única industria y eso es lo que me niego a aceptar. Un saludo!

Alvaro de la Rica dijo...

gracias Ion, no sé si me veo con fuerzas
Marta, yo también consumo cine de masas: especialmente el de policías y abogados. Arte e industria, esa es una parte de la cuestión, que el arte no se puede fabricar a escala industrial, con mecanismos de producción y consumo a gran escala
por cierto, te debo un mail, no me olvido