viernes, 11 de noviembre de 2011
Justo Navarro y el nuevo Gran Gatsby
Leí las traducciones de Justo Navarro antes de leer su obra de ficción. En concreto su versión del Cuaderno rojo de Paul Auster, en un volumen que guardo entre mis libros de referencia. Otro tanto tendría que decir con Lidya Davis (acaso su trabajo más impresionante) o con Albert Caraco. Poco a poco se ha ido reconociendo en nuestro ámbito hispano el valor de un arte que convierte al traductor en co-autor. Y esto hasta el punto de que aquellas lectura citadas condicionó (¿enriqueció?) mi acercamiento a novelas como La casa del padre o Finalmusik o a ese espléndido libro poético que es Un aviador prevé su muerte. Al final, se tata de un conjunto de hilos que enhebran un proyecto poético del que nada debe quedar excluido.
El novelista ha acometido ahora una nueva traducción de El gran Gatsby (Anagrama, 2011), la gran novela de Francis Scott Fitzgerald. Una vez más el resultado es excelente y he aprovechado para hacerle tres preguntas.
P. Ud. ya tradujo los Cuentos completos de Fitzgerald. ¿Hasta qué punto hacia falta una nueva versión de su novela más conocida? ¿Qué cree que puede aportar su trabajo en la misma?
R. Mi traducción de El gran Gatsby es mi manera de leer a Fitzgerald en 2011. Gatsby es una novela muy especial, un clásico, que admite distintos acercamientos y cada uno descubre aspectos nuevos. Y traducir Gatsby después el largo viaje por los cuentos de Fitzgerald era el desenlace lógico de mi incursión en ese mundo imaginario, tan espléndido.
P. Desde el punto de vista estilístico, ¿cuáles son las características que ha encontrado en la prosa de la novela? ¿Qué dificultades específicas ha encontrado en este caso?
R. A veces Fitzgerald tiene una tendencia a la elipsis y a la alusión que resulta difícil resolver en la traducción. Y tiene un sistema de adjetivos muy suyo. La traducción de los adjetivos es siempre un campo complicado. Y hay verbos resbaladizos por los que siente una especie de manía repetitiva, a los que a veces me ha costado encontrarles el matiz exacto. Pero traducir una novela es traducir un mundo, aunque sea un mundo verbal, y hay situaciones y realidades, pertenecientes a la America angloamericana de los años veinte, a las que cuesta encontrarles equivalente en español y en el siglo XXI. Éste es el problema principal.
P. En el último mes se han publicado tres obras de Scott Fitzgerald (además de la novela, la nueva y también excelente traducción del Crak-Up, el ensayo Cómo sobrevivir con 36.000 dólares al año por Gallo Negro). ¿Pura casualidad o tiene que ver algo con otra crisis de identidad colectiva?
R. Supongo que influye que los derechos de algunas obras de Fitzgerald han quedado libres. Pero también tendrá algo que ver con el caso el hecho de que la época que Fitzgerald contó con tanto genio fue el momento de la gran crisis económica de 1929, crisis tan honda que iba a desembocar en la II Guerra Mundial. El momento presente quizá se mire en el espejo de los años veinte del siglo pasado.
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5 comentarios:
"el traductor convertido en coautor" à deux reprises ces mots m'ont interpelé, je n'y peux rien; ils transpercent ce billet qui apparaît dans "mes blogs" et me laissent songeuse. Pourrait-on élargir le temps et inventer des minutes? Please, ne parle pas de grande dépression, ça fait trois semaines que je ne lis plus les journaux.
Una entrevista y una entrada y una traducción muy interesante.
j´y vais, j´y vais
gracias Allan
he recordado la entrada que hizo José Luis Piquero en su blog hablando sobre su traducción
http://minombre.es/joseluispiquero/2011/02/12/el-gran-gatsby-en-librerias/
Un saludo
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