miércoles, 23 de noviembre de 2011

El maestro Eliot


Intento en estas breves notas críticas orientar al lector en otro momento complicado para el mundo de la producción editorial, momento en el que conviven y al mismo tiempo tratan de sobrevivir proyectos diversos, con frecuencia antagónicos. Y no ya entre editoriales distintas, lo que sería lógico y natural, sino a veces en una misma casa o grupo, cuando no en una misma colección. Las razones para que esto ocurra pueden ser varias: tienen que ver con las exigencias de la cuenta de resultados, con la indefinición o la falta de ojo, de gusto, de criterio, con bicefalias al timón de un mismo barco o, por qué no, con la pervivencia buscada en un mismo proyecto de dos líneas, una más volcada al mercado y otra a la excelencia, donde la primera aguantaría el “lujo” que podría suponer la segunda.
Sea como fuere, con un mérito enorme, la editorial barcelonesa Lumen viene publicando (además de su colección de poesía, a mi juicio la mejor del panorama editorial español), los cuentos de un puñado de autores de primera fila (Eudora Welty, Flannery O´Connor, Leonard Michaels, Bernard Malamud o Mavis Gallant, por citar sólo a los americanos del norte) en un país en el que para nuestra desgracia ese género narrativo se considera algo menor cuando no directamente desdeñable. Por si fuera poco, Lumen nos ha ofrecido en los últimos años volúmenes antológicos de crítica, autobiografía y ensayo literario: Cyril Connolly, Janet Malcolm, Edith Sitwell, Koestler, Natalia Guinzburg, Juan Benet, Gil de Biedma. A esta categoría pertenece sin duda La aventura sin fin (2011) del poeta y crítico angloamericano Thomas Sterns Eliot.
Tampoco desde el punto de vista de lo que los ingleses llaman editing, es decir, de la producción literaria y concreta de un volumen por parte de una cabeza pensante, era nada fácil ofrecer una antología de los ensayos de Eliot al público español. Hacía falta alguien como Andreu Jaume para llevarlo a cabo con bien. Apoyado en la traducción excelente de Juan Antonio Montiel, Jaume ha compuesto un libro que todo aficionado a la literatura debería tener en casa.
Exhaustivo a la vez que ágil, recoge la producción crítica del maestro Eliot en la secuencia vital en que se produjeron sus ensayos, con lo que de paso nos permite establecer un paralelismo riguroso con su producción poética, atiende a todo lo esencial sin dejar nada (excepto, pero esto hubiera sido ya de otro mundo, el texto más filosófico del poeta, su Conocimiento y experiencia en la filosofía de F.H. Bradley, que yo sepa aún inédito en castellano). Y ¿por qué leer a Eliot? ¿por qué podría ser interesante hacer el esfuerzo de enfrentarse con alguien que habla a palo seco de literatura? ¿Por qué no leer directamente a aquellos – los Milton, Yeats, Dante, Shakespeare– de los que trata en sus textos? ¿No será esto un material para profesores, para expertos, para eruditos? Mi respuesta es que no. En absoluto. Es un material para todos los públicos, algo que precisamente facilita el acceso a esos autores admirables que acabo de citar. De la misma manera que nadie subiría un 8000 sin la preparación necesaria, sin brújula, oxígeno y piolet. Son las armas de la que hay que investirse para entrar en el fascinante mundo de la literatura, unas armas que nos fortalecen mentalmente, que nos enriquecen y que, a cambio de un poco de esfuerzo intelectual, nos ofrecen a manos llenas diversión, gozo y entretenimiento.

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