lunes, 21 de noviembre de 2011
El Gran MacLeod
Estoy atento a la colección de Narrativas de RBA porque están publicando últimamente, además de autores de primera fila (Alice Munro o Katherine Mansfield), recopilaciones de libros en un volumen: por ejemplo todas las crónicas de Enric González, los dos grandes libros de viajes de Patrick Leigh Fermor (El tiempo de los regalos y Entre el bosque y el agua) o los cuentos reunidos de autores como Robert Graves o Evelyn Waugh. Ese acopio me parece una buena idea para estos tiempos de crisis. Así ha aparecido un volumen necesario: La isla de Alistair Macleod (North Battleford, Canadá, 1936). Se recogen en él dieciséis cuentos, los que ya habían sido publicados en Los pájaros traen el sol (2003) y en El regreso (2002), más dos esplendidos relatos inéditos. Uno de los puntos fuertes de MacLeod en castellano es que casi todo el material literario ha sido traducido por el recientemente fallecido Miguel Martínez-Lage.
Alistair MacLeod fue profesor de literatura, y eso se nota en varias cosas, no necesariamente para mal. Lo primero es que su obra es relativamente escasa. Además de los dos volúmenes de cuentos mencionados, ahora reunidos bajo el título La isla, sólo ha escrito una novela (No great mischief, 2001). Lo segundo es que, por decirlo de modo directo, MacLeod escribe de maravilla, escribe como sólo es posible hacerlo cuando se conoce muy a fondo una literatura como la inglesa. La contención en la cantidad (Primum vivere) y la calidad de lo producido revelan la existencia en MacLeod de un rico mundo propio que pugnó por salir a lo largo de una vida y que finalmente lo hizo. Ese mundo es el de los “expulsados” de Escocia en el siglo XVIII, los fundadores de Nova Scotia en Canadá, los colonos que llevaron a las nuevas tierras altas su fuerza, su hombría de bien, su sentido ordenado y a la vez mágico de la existencia.
MacLeod no es un genio, ni falta que hace. En cambio conoce de memoria el arte narrativo de Melville y de Hemingway, sí, pero también de Hardy y de Joyce, y hasta de Gertrude Stein, muchos de cuyos procedimientos formales incorpora sabiamente a sus textos. Además, ¿a quién le importa ser un “genio” cuando se sabe contar una historia, cuando se mira el mundo con la mezcla de sabiduría y ternura con la que él lo hace, cuando se ha vivido, amado, llorado, temido como un simple ser humano? Los cuentos de MacLeod son de una belleza rara. A menudo son más bien novelas cortas (la mayoría de los incluidos en el libro rozan la treintena de páginas). Otros responden a un concepto más estricto del género cuento. Da igual. Lo esencial no está ahí sino en su cuidada composición, en el modo en el que los diferentes hilos con los que teje la trama van apareciendo, en los colores brillantes de esos hilos, en el modo en el que te envuelven mientras lees, suscitando aquí nostalgia, allá rabia, anhelo de autenticidad, horror por la prisa y la trampa, verdadera comunión con la naturaleza en una visión antropomórfica de ésta y un profundo sentido de la sexualidad, de la familia y de la historia. Emoción recogida en lenguaje. Ahí está el secreto escrito de MacLeod.
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1 comentario:
Hola, quizás os interese saber que tenemos una colección que incluye el relato 'The Progress of Love' de Alice Munro en versión original conjuntamente con el relato 'Death by Landscape' de Margaret Atwood.
El formato de esta colección es innovador porque permite leer directamente la obra en inglés sin necesidad de usar el diccionario al integrarse un glosario en cada página.
Tenéis más info de este relato y de la colección Read&Listen http://www.ponsidiomas.com/catalogo/alice-munro---margaret-atwood-.html
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