El hombre fuerte del Gobierno se destapa, de una vez. Alfredo Pérez Rubalcaba asume al menos dos carteras: la vicepresidencia política y la de interior (el jefe de la policía como jefe político, viva Fouché), además de la portavocía. Ya fue portavoz en el último Gobierno de Felipe González, el del GAL y los crímenes de Estado (un título como para honrar a cualquiera). También fue quien coordinó la respuesta del PSOE en el momento del atentado del 11-M y durante la relación con ETA en la primera legislatura de los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero. Todo eso me hace pensar que, con la economía española en ruinas, la única baza que le queda al Presidente (que siempre se ha apoyado, de una manera u otra, en la lacra terrorista, para sacar ventaja política), de cara a una reelección, es una negociación con ETA. Sólo Rubalcaba es capaz de intentar esa fazaña. Les quedan dos años para vendernos el final del terrorismo etarra como un triunfo. El pacto de legislatura con el PNV y el nombramiento de Ramón Jáuregui (no lo he comprobado pero creo que era el Delegado del Gobierno en el País Vasco durante la mencionada última etapa de González; otro gran título de honor) como Ministro de Presidencia, apuntan en la misma dirección. Ojalá me equivoque pero a mí todo esto me huele fatal.
P.S. Permítaseme ahora una maldad: no, no voy a decir que me alegro de que a Trinidad Jiménez le hayan nombrado Ministra de Exteriores (claro, Madrid se le quedaba pequeño), no, voy a a profetizar (y me apuesto con quien quiera un pincho de tortilla y una caña) que, en premio, a María Teresa Fernández de la Vega le nombra Trini Embajadora ante el Vaticano: le pirra el frufrú de las sotanas cardenalicias y la moda italiana)
1 comentario:
Se me ha dibujado una sonrisa con lo del Vaticano... Je. Buenísimo. Además, el rojo y el púrpura son muy "Vogue". Ah, una cosa: cuidado que estás en tierras del norte... El ojo de Sauron lo ve todo, ja. Un abrazo
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