Hay en todo libro una zona de oscuridad, una espesura de sombra que no sabríamos evaluar y que el lector descubre poco a poco. Le irrita, pero siente efectivamente que ahí es donde se sitúa el verdadero libro, alrededor del cual se organiza el libro que lee. Este libro no escrito, enigmático y revelador a la vez, se escapa siempre. No obstante, únicamente la intuición que el lector ha podido tener de él le permite abordar la obra en su verdadera dimensión; es también gracias a esta intuición por lo que puede juzgar si, efectivamente, el escritor se ha acercado o, por el contrario, se ha alejado del libro que ambicionaba escribir. (Edmond Jabès)
1 comentario:
Buenos fragmentos.
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