Lo último que pensé, mientras paseaba por la calle Provença de Barcelona, la semana pasada, es que me encontraría con esta preciosa veduta del Canal de la Guidecca, una tinta sobre papel, de apenas 22 x31 cm., realizada en 1982 por el pintor Zoran Music. Precisamente, una semana atrás, en el IVAM, la señorita que me atendió, por lo demás muy amablemente, desconocía siquiera que en el museo valenciano se conservase un importante legado que el pintor, nacido ahora cien años en Gorizia, en los márgenes sudorientales del Imperio Habsbúrgico, donó a la España que tanto amó, gracias a los buenos oficios de mi amigo Kosme de Barañano. Menos mal que la Librería del IVAM sigue disponiendo de los catálogos de la donación que se editaron entonces. De otro modo, aquella persona que tenía la función de informar, quizás me hubiera tomado por un loco. "Zoran ¿qué?" Passons. El hecho cierto es que, a los siete días justos, quizás por haber sido respetuoso con aquella buena señora, al girar una esquina, Music me salió al paso. Era tarde, casi las nueve. Apenas resplandecía una luz malva. En un pequeño escaparate, por sorpresa, creí reconocer una tela de Music. Había olvidado las gafas en hotel, como siempre, y pensé que mis sentidos externos me estaban engañando. Pasé unos instantes desorientado. Pero no, seguí mirando, con cara de topo, y por fin reconocí esa tierra amada de Dalmacia, las vistas venecianas, el perfil marino de Ida, los interiores oro rojo de San Marcos, los cadáveres apilados, los autorretratos pintados de memoria, la serie negra, última, insoslayable. Nunca resulta fácil contemplar la obra de Music. Y menos sin mediar ninguna preparación moral y psicológica. Duele. El amor duele. La verdad duele. Por suerte, providencialmente, una bella mujer me ayudó en semejante paso. Se lo agradecí mucho.
4 comentarios:
Y qué sugerente es el dibujo... Iré a verla
Al principio no entendía muy bien el porqué de ese arte que le ves. Me metí en internet y miré otros dibujos de él. Al principio me espantó. Luego, cuando vi que estuvo en el campo de concentración de Dachau, empecé a entender, y a ver esos dibujos de otra forma.
Me ha gustado conocerlo. Así que te lo agradezco.
No te lo pierdas, Isabel, creo que es fantástica, un rincón venciano/dalmaciano/europeo, en suma, en un requiebro barcelonés
gracias, Iciar, por y comentar y por buscar e ir siempre hacia delante
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