sábado, 8 de agosto de 2009

María Luisa Elío

Ayer, tras la corrida de toros, ya en la cena en Achtall, me entero de que ha muerto en México, hace apenas dos semanas, María Luisa Elío. Et in arcadia, ego. He querido ir al Diario de Navarra, pensando que Fernando Pérez Ollo habría escrito una necrológica. Por ahora, ha redactado personalmente la noticia, lo que ya es bastante. Fernando fue quien me introdujo en el mundo de los Elío, y creo que es la persona más fiable para ofrecer los datos de la vida y la muerte de María Luisa. Lo hace escuetamente: El pasado 17 de julio murió en Coyoacán, Ciudad de México, María Luisa Elío Bernal, pamplonesa y destacada figura de las letras y el cine mexicano. María Luisa Elío nació en la calle Arrieta el 17 de agosto de 1926, tercera hija de Luis Elío Torres, abogado, de aristocrática familia navarra, y de Carmen Bernal López de Lago, murciana de Mazarrón. Proclamada la República, Luis Elío fue juez municipal y presidente de un Comité Paritario. En julio de 1936 Luis Elío fue detenido en su casa, ante su mujer e hijas, pero logró escapar de la comisaría y pasó el trienio de la guerra oculto gracias a personas de filiación carlista. Pasó a Francia, y luego ya con su familia, a MéxicoMaría Luisa, que estudió teatro, casó con Josemí García Ascot, también hijo de exiliados y cineasta. Con él rodó El balcón vacío, bello corto basado en un texto de la pamplonesa. La escritora viajó a su ciudad natal, muerto ya su padre, y reflejó la experiencia en Tiempo de llorar (México, 1988), cuya primera frase es definitiva: "Y ahora me doy cuenta que regresar es irse". A María Luisa Elío dedicó Gabriel García Márquez su obra maestra, Cien años de soledad. Son los datos principales, el armazón externo de una vida. Tiempo habrá de rellenarlos. Ahora es otro tiempo de llorar por la muerte de María Luisa. 
(La foto pertenece al rodaje en México de El balcón vacío. María Luisa, de perfil afilado y ojos abismales, en el plano de la esquina izquierda).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Se puede llegar a conocer a algunas personas en el momento en que mueren, porque si "regresar es irse", a veces también irse es regresar.

Adelarica dijo...

te recomiendo vivamente el libro de María Luisa Elío. Creo que en este caso se cumple a la letra lo que dices.