Mientras en casa todos duermen confiadamente, yo velo escuchando los 10 Intermezzi para piano de Brahms interpretados por Glenn Gould; por la ventana entra una luz inquietante, gris y anarajanda, una luz vacía, con una enorme carga de vacío (cargada con un enorme vacío, ¿sería mejor decirlo así?) Yo me entiendo, a ratos al menos. Me vuelvo y recuerdo media docena larga de lecturas recientes que tal vez pudieran aprovechar a algún lector de estas condenadas notas. Primero, cuatro novelas preciosas: el Shumi No Iden (La herencia del gusto) de Natsume Soseki (Sígueme, 2010). Soseki (el autor, entre otras obras maestras de Kokoro o Yo soy el gato) pertenece a la saga de los grandes narradores japoneses del siglo XX, y en este relato me deslumbra una vez más por su capacidad de llegar desde fuera al fondo de las cosas, de la relación amorosa y del miedo a la muerte principalmente. Esos mismos son los temas de otras dos novelas que leí anoche: El hombre sentado en el pasillo y El mal de la muerte de Marguerite Duras. Las había leído en las ediciones francesas de Minuit, pero ahora, al recuperarlas en un solo volumen Fabula de Tusquets (2010), no he podido resistirme a hacerme de nuevo con ellas. Nadie, y creo que no miento, ha escrito novela erótica en este siglo pasado como la Duras. Desde el principio fue excepcional en eso, pero su acercamiento al erotismo en la vejez es una cumbre de la expresión humana. Grande, muy grande y valiente escritora. La cuarta novela que he leído emocionado (¡tengo una suerte con mis lecturas, me guía una mano blanca!) está escrita por Frederic Tuten, un descubrimiento de María Lozano (Catedrática de Inglesa en la Complu, y antigua Directora del Cervantes de Nueva York). El libro se llama Autorretrato con toros, y los que me conocéis entenderéis porqué no pude resistirme a semejante título. La novela es buena (espero con impaciencia el resto de la serie de Autorretratos (Fictions) a la que pertenece, y que se van a publicar en breve), pero con la larga introducción de María Lozano he disfrutado tanto o más que con la narración. Me encanta ese periodo de la vida neoyorquina (el de Rauschenberg, Duncan Grant, Ashbery u O´Hara y, por supuesto, Joseph Cornell), eclipsado abusivamente por los Salinger y los Auster; en España no nos enteramos de que éstos sin aquellos no serían nada. El librito lo ha editado La Residencia de Estudiantes, en una edición bilingüe muy cuidada y vendida al increíble precio de 10 €. Otra edición que recomiendo es la nueva versión del Borges de Bioy. Yo no compré la anterior: sencillamente porque me parecía fea, monstruosa como objeto físico. Contenía cosas interesantes, al menos para mí, pero quién quería un libro así de grande y así de feo que además no era portátil. Cuando vi la nueva edición, expurgada por Daniel Martino, proporcionada y bellamente editada, no he dudado en comprármela. Lo siento, soy así de maniático, pero no me gusta sostener algo berrendo entre las manos. Con el mismo gusto he comprado Las siete edades de Louise Gluck (Pretextos, 2011). La Gluck, con Anne Carson y Jorie Graham, es de las poetisas vivas más admirables. Os reto a que vayáis a una librería y leáis en la página 63 su poema "De un diario" (el que empieza con los versos I had a lover once/I had a lover twice/easily three times I loved …). A que no podéis resistiros a comprarlo. Por último, Trotta ha publicado un volumen con los Poemas y prosas de juventud de Paul Celan. Incluye sus primeros trabajos, los que escribió en Czernowitz, su ciudad natal en la Bucovina, los de Bucarest (no pocos escritos en rumano) y los de su paso fugaz pero decisivo por Viena, camino de París. A mí éstos últimos me interesan especialmente por varias razones, entre otras porque planea sobre ellos la sombra de su amor imposible por Ingeborg Bachmann. Termino ya con dos avisos: el próximo martes día 1, a las 19:30 horas, en el Ateneo de Madrid, presentaremos este último libro. Y el sábado día 12, en la Biblioteca Pública de la Casa de las Conchas de Salamanca, mantendré con Antonio Colinas un diálogo sobre Kafka, a propósito de mi libro. A las 19 horas.
domingo, 30 de enero de 2011
martes, 25 de enero de 2011
Notas para un diario 190
"Un transeúnte silba una tonada en el momento exacto en el que observamos el reflejo de una rama en un charco que a su vez, y simultáneamente, nos despierta el recuerdo de una mezcla de hojas verdes y húmedas y de una algarabía de pájaros en algún viejo jardín y el viejo amigo, muerto hace tiempo, emerge súbitamente del pasado corriendo y cerrando su paraguas mojado. La escena sólo dura un radiante segundo, y la sucesión de impresiones e imágenes es tan vertiginosa que no podemos averiguar las leyes exactas que rigen su reconocimiento, formación y fusión –por qué este charco y no otro, por qué este sonido y no otro–, ni la precisión con que se relacionan las partes; es como un rompecabezas que, en un solo instante, se ensambla en nuestro cerebro, sin que el cerebro llegue a darse cuenta de cómo y por qué encajan las piezas; en ese momento, una sensación de magia nos estremece; experimentamos una resurrección interior, como si reviviese un muerto en virtud de una pócima centelleante mezclada a toda velocidad en nuestra presencia". Ayer releía este párrafo deslumbrante en Nabokov, y hoy, al entrar por la mañana en la biblioteca, a menos seis grados bajo cero, lo recordaba interiormente con una sensación de calor en el pecho. La biblioteca de la universidad ha sido mi torre de marfil, una torre con cafetería y colegas con los que conversar de vez en cuando. Veinticinco años casi entrando por la misma puerta a la misma hora temprana y dedicando muchas horas a cultivar esa inspiración, a contemplarla en los demás, en las obras (literarias) de los demás. Pensaba que si yo mismo no la hubiera experimentado personalmente, jamás habría hecho la apuesta de dedicarme a escribir. Pensaba, en medio de no pocas dificultades del día a día, que he sido muchas veces el muerto/resucitado. Pensaba en esta otra frase del genio ruso: "El escritor, el hombre que hace girar planetas, que modela a un hombre dormido y manipula ansioso la costilla del durmiente, esa clase de autor no tiene a su disposición ningún valor predeterminado: debe crearlos él". Me estremece ese vacío del que habla, con razón, y pensaba que Nabokov hubiera estado de acuerdo en que esos valores suelen ser siempre parecidos: ilusión, en el doble sentido de la palabra, anhelo de placer, deseo de orden, ansia de significado.
lunes, 24 de enero de 2011
Notas para un diario 189 (Brako)
Pensaréis que me he vuelto loco de remate, pero le hemos regalado a mi hija menor, con ocasión de su Primera Comunión, un perro. Se llama Brako y pertenece a la raza de los Weimaraners. Nació, junto con otros diez cachorros, el 20 de diciembre pasado, y si Dios quiere nos lo darán con nueve semanas el 19 de febrero, fecha de mi santo patrón. Los seis estamos como locos con él, vamos a verle siempre que podemos y no vemos el momento en que llegue a casa. Llevábamos años queriendo tener un perro, los niños especialmente, y ahora que ellos han crecido bastante, y que pueden echar una mano para cuidarlo, nos parece que es el momento oportuno (entre otras cosas porque si esperamos mucho más, en casa no vamos a quedar más que los padres).
Para los que seáis amantes de los perros, os transcribo algunas de sus características físicas (mirad qué bien redactado está el informe; la historia de la raza es especialmente apasionante):
Aspecto General
Perro de caza de tamaño mediano a grande. Los machos miden de 59 a 70 cm (tamaño ideal: 66 cm) y pesan de 30 a 40 kg; las hembras de 57 a 65 cm (tamaño ideal: 62 cm) y 25 a 35kg. Perro robusto, armonioso, vigoroso, de musculatura potente. Necesitan actividad diaria, su nivel de energía es alto.
Pelaje
Pelo duro: de longitud mediana, grueso, recto; pelo "de encima" liso y regular con un subpelo grueso; calza moderadamente desarrollada.
Colores
Diversas tonalidades de gris: gris plateado, gris ratón o gris corzo y negro. La cabeza y las orejas por lo general son más claras. Sólo se toleran algunas manchas blancas en pequeña cantidad en la caja torácica y los pies. A menudo, en el medio de la espalda existe una franja de pelo levemente más oscura y con otra textura,llamada "raya de anguila" más o menos ancha.
Cabeza
Moderadamente larga, proporcionada al cuerpo; más ancha en el macho que en la hembra, aunque la anchura de la parte superior de la cabeza sea proporcionada a la longitud total de la cabeza. La longitud desde la punta del hocico a la línea que une las comisuras internas de los ojos es un poco más larga que la de esta línea al occipucio. Existe una cavidad en las sienes. Hueso occipital ligeramente aparente. La arcada cigomática es muy reconocible detrás de los ojos. El hocico es largo y potente, sobre todo en los machos. la región de la boca y de los caninos es casi tan potente. la caña nasal es recta, a menudo un poco abombada, nunca cóncava. La base de la frente (stop) es extremadamente corta. Los labios sobrepasan el maxilar inferior sin que nunca sean temblones y son de color encarnado como el paladar. Existen pequeñas arrugas en las comisuras de los labios. las mejillas son musculosas y claramente pronunciadas. la cabeza es seca.
Orejas: anchas y bastante largas, llegando a la comisura de los labios, redondeadas en las puntas; en la muestra se giran ligeramente hacia delante, curvadas; implantadas ligeramente por encima de la línea del ojo.
Trufa: de color encarnado oscuro, que se transforma gradualmente en gris hacia atrás.
Ojos y párpados: de expresión inteligente, curiosa, amistosa.
Color: azules cuando son bebés, pero hacia los tres meses ya son de un tono turquesa-verdoso, para tornarse color ámbar.
Cuello
De aspecto noble y majestuoso, musculoso, casi redondo, no demasiado corto, con arranques potentes que se refuerzan hacia el hombro y la caja torácica y cada vez más armoniosos en dirección a la cruz. Sin papada.
Tronco
Bien proporcionado y musculoso. Longitud aproximada del tronco con relación a la altura a la cruz: 12/11.
Pecho
Bien descendido ligeramente por encima de la punta del codo. Costilla ligeramente redondeada.
Espalda
Sólida y musculosa sin hundimiento y no levantada por detrás. Si la espalda es un poco larga, se trata de una característica de la raza y no de un defecto.
Miembros delanteros y hombros
Buena angulación del hombro y del brazo. La distancia desde el codo a la muñeca es la misma que la distancia del codo a la cruz. Aplomos regulares tanto de frente como de perfil.
Miembros traseros y pelvis
Pelvis larga y moderadamente inclinada. Miembros traseros largos desde la articulación de la cadera hasta la del corvejón. La cadera, la rodilla y el corvejón están bien marcados, aunque el último un poco menos que los precedentes. Las patas son nervudas, musculosas y desarrolladas. Excelentes aplomos.
Andadura
En toda suerte de desplazamientos: paso franco y unido. Patas delanteras y traseras paralelas. Los saltos en el galope son largos y a ras del suelo. Al trote, la espalda se mantiene recta y no oscila. La ambladura no se busca.
Temperamento
Este perro de muestra germánico destaca por su gran elegancia y polivalencia ya que es apto en todo tipo de terrenos y para todos los tipos de caza.
Su carácter es tranquilo y afectuoso. Su sumisión y equilibrio hacen que tenga un fácil adiestramiento, además de resultar estupendo como perro de compañía.
Se ha ganado también el aprecio de los monteros por valer para todas las estaciones y temperaturas. Es apto para batidas, para caza delante de sí, e incluso para rastro de sangre.
Historia
La historia del weimaraner comienza con el Gran Duque Carl August y los nobles de la corte de Weimar. El Gran Duque, conocido como el cazador entre los reyes y el rey entre los cazadores, seleccionó la raza gris plata para la caza en sus bosques. Según la tradición alemana, no sólo el tiempo ha anulado las trazas del origen de la raza, sino que tal vez fueron anuladas deliberadamente por los nobles de esa época, para que este magnífico ejemplar sea exclusivo de la corte de Weimar. La teoría hoy acredita que proviene de Francia e indirectamente del norte de África. Se piensa esto por el color del pelaje, similar al de la raza de Saint Louis. El color gris es una característica hereditaria recesiva, por lo que se deduce que fue seleccionado para obtenerlo. La cabeza con el hueso occipital ligeramente pronunciado, al igual que el implante de las orejas, están presentes también en el perro gris de Saint Louis. La cola no cortada tiene una curvatura particular que recuerda a la cola del Saluki. El excepcional olfato, puede ser considerado una característica heredada de los antiguos Leithund de Tracia, que nos retrotraen a un momento anterior de la creación de la República de Weimar. En el siglo XIII, Luis IX de Francia, regresando de una cruzada al norte de África, llevo consigo ejemplares del que después se lo llamó el perro gris de Saint Louis, muy utilizado en Francia para el rastreo y captura de piezas en los bosques. Esta raza no convivía con los otros perros, vivía con sus cuidadores, lo cual puede explicar la unión con hombre y la necesidad de estar en familia de los weimaraners actuales. En el siglo XV, otros perros grises fueron llevados a Europa desde Asia. Finalmente el Gran Duque Carl August, un apasionado de todo perro de caza, selecciona la raza, busca y encuentra viejas líneas francesas, y siguiendo la tendencia de la época, un perro versátil y ágil, y las cruza probablemente con pointers españoles y algunas otras razas.
A fines del siglo diecinueve, el weimaraner era el rey de los perros de caza, era un perro tímido y un tanto temeroso, que debía ser tratado bien y con dulzura, hablándole en tono bajo. En 1882 el Braco de Weimar era ya una raza bien conocida y afirmada gracias a su versatilidad, y era usado por los cazadores profesionales y guardias forestales.
Por muchos años se hicieron suposiciones del origen de esta raza, evaluando que fueron el resultado de cruzas con Kurzhaar, Bloodhound, Pointer, y hasta una mutación genética del Kurzhaar. Hoy el origen es más claro, gracias a los estudios de los apasionados de esta raza, a pinturas de la época y al estudio de la genética del color. Hoy los conocemos como los fantasmas de plata o fantasmas grises gracias a los soldados americanos que los veían pasar moviéndose elegantemente por los campos alemanes.
sábado, 22 de enero de 2011
Notas para un diario 188
"¿Qué es para ti la ternura?", me preguntaste una mañana. "Algo muy importante, algo a lo que doy cada día más importancia". "¿Me la puedes definir?" "Difícil, pero te citaré el Tao (LII): "Percevoir le minuscule/voilà la clairvoyance/Garder la douceur,/voilà l´énergie". "¿No sabes decir nada sin citar un libro?" "No. Lo siento, soy así de limitado"
viernes, 21 de enero de 2011
Notas para un diario 187 (Sobre libros y vino)
Hace pocos días tuve la suerte de pasar una mañana entera andando morosamente por Madrid. Era uno de esos días claros con los que nos regala la capital de España. Había quedado en la Gran Vía con alguien a primerísima hora de la mañana y mi siguiente appuntamento era un almuerzo achtalliano a las dos de la tarde en la calle Velázquez. Decidí ir andando de una punta a otra de la ciudad. No esperaba nada especial, salvo que me diera el sol y el aire helado en la cara durante unas horas. Benditas esperas, y más si a uno le pillan paseando (y hablando de vez en cuando por teléfono con los que de verdad queremos). Por San Bernardo llegué a Malasaña y en la calle San Joaquín, a la altura del número 3, me encontré una librería con el nombre de Tipos infames. Libros y vinos.
¿Libros y vinos? Bendita infamia. Era un poco pronto para beber nada, pero no para echar un vistazo a las estanterías. Literatura pura y dura. Pocas concesiones a la basura literaria. Encontré cosas: varias primeras ediciones de Vila-Matas, de Narrativas Hispánicas, que no tenía y que son difíciles de encontrar (odio los libros compactos). También encontré un libro de Manuel Arroyo Stephens titulado Imagen de la muerte. A mí me gusta Arroyo como escritor (su memoria sobre Bergamín, Región Luciente, es de lo mejor que se ha escrito sobre el maestro). Muerte de Yiyo, el primer texto. Me pareció que junto a los vinos y los libros me estaba faltando mi amiga la muerte, y Arroyo me la traía de la mano por medio de la pasión taurina. Me senté a llorar en una de las sillas blancas del local y caí en la cuenta de algo que hasta ese momento se me había pasado desapercibido: Manolo apenas usa comas. Me impresionó tanto la curvatura que seguían sus frases y periodos que le llamé al móvil. Andaba por la zona, para más inri. Quedamos en vernos pronto en Biarritz. Yo este trimestre no tengo mucha facilidad de movimientos. Doy clase, un programa nuevo con Madame Bovary, el Jekyll, Por el camino de Swann, Metamorfosis, Ulises y Dora Bruder con Nabokov de fondo. Pero yo en realidad lo que sueño es con un Seminario Magris. El método Magris. Reúne a una quincena de lectores durante un año y escogen un tema. Por ejemplo: los escritores en lengua alemana de la ciudad de Praga. Todos leen a todos. Hablan y discuten hasta hartarse. Hay un relator. Puede o no ser el propio Magris. Así salió por ejemplo "Praga al quadrato", el mejor ensayo sobre la literatura de Praga que yo conozco. Leer en común, la única solución. Como hicieron los monjes medievales a orillas de los ríos europeos; como Platón y los suyos a la vera der Ilisos. Cerca de un río, siempre. Hasta que por fin nos recorra por dentro y nos lleve hasta el ignoto mar de la persuasión. Los libros y la muerte. Si yo hubiera leído a Kafka con otros, alguien me hubiera recordado que en Once hijos, el undécimo, o sea mi primo ordinal, prefiere que su padre le deteste a que le ignore. Es débil ese niño. Y dubitativo. Sólo es fuerte para una cosa (¿escribir?, ¿amar?, ¿conocer?, ¿reír?). "A veces me mira, dice el padre, como queriendo decirme: llévame contigo. Yo pienso entonces: Eres el último en quien confiaría. Y su mirada parece replicar: pues ya es mucho que sea el último". Claro. Ahora lo entiendo todo.
¿Libros y vinos? Bendita infamia. Era un poco pronto para beber nada, pero no para echar un vistazo a las estanterías. Literatura pura y dura. Pocas concesiones a la basura literaria. Encontré cosas: varias primeras ediciones de Vila-Matas, de Narrativas Hispánicas, que no tenía y que son difíciles de encontrar (odio los libros compactos). También encontré un libro de Manuel Arroyo Stephens titulado Imagen de la muerte. A mí me gusta Arroyo como escritor (su memoria sobre Bergamín, Región Luciente, es de lo mejor que se ha escrito sobre el maestro). Muerte de Yiyo, el primer texto. Me pareció que junto a los vinos y los libros me estaba faltando mi amiga la muerte, y Arroyo me la traía de la mano por medio de la pasión taurina. Me senté a llorar en una de las sillas blancas del local y caí en la cuenta de algo que hasta ese momento se me había pasado desapercibido: Manolo apenas usa comas. Me impresionó tanto la curvatura que seguían sus frases y periodos que le llamé al móvil. Andaba por la zona, para más inri. Quedamos en vernos pronto en Biarritz. Yo este trimestre no tengo mucha facilidad de movimientos. Doy clase, un programa nuevo con Madame Bovary, el Jekyll, Por el camino de Swann, Metamorfosis, Ulises y Dora Bruder con Nabokov de fondo. Pero yo en realidad lo que sueño es con un Seminario Magris. El método Magris. Reúne a una quincena de lectores durante un año y escogen un tema. Por ejemplo: los escritores en lengua alemana de la ciudad de Praga. Todos leen a todos. Hablan y discuten hasta hartarse. Hay un relator. Puede o no ser el propio Magris. Así salió por ejemplo "Praga al quadrato", el mejor ensayo sobre la literatura de Praga que yo conozco. Leer en común, la única solución. Como hicieron los monjes medievales a orillas de los ríos europeos; como Platón y los suyos a la vera der Ilisos. Cerca de un río, siempre. Hasta que por fin nos recorra por dentro y nos lleve hasta el ignoto mar de la persuasión. Los libros y la muerte. Si yo hubiera leído a Kafka con otros, alguien me hubiera recordado que en Once hijos, el undécimo, o sea mi primo ordinal, prefiere que su padre le deteste a que le ignore. Es débil ese niño. Y dubitativo. Sólo es fuerte para una cosa (¿escribir?, ¿amar?, ¿conocer?, ¿reír?). "A veces me mira, dice el padre, como queriendo decirme: llévame contigo. Yo pienso entonces: Eres el último en quien confiaría. Y su mirada parece replicar: pues ya es mucho que sea el último". Claro. Ahora lo entiendo todo.
miércoles, 19 de enero de 2011
Todas las mañanas del mundo
Yes, light is speech. Free frank
impartial, sunlight, moonlight,
starlight, lighthouse light,
are language.
P.S. De la nueva edición de la Poesía Completa de Marianne Moore, Lumen (2010). Traducción de Olivia de Miguel: "Sí, luz es la palabra. Libre, franca,/ imparcial luz solar, luz lunar,/luz estelar, luz de faro,/son lenguaje."
P.S. 2: La foto está tomada hace pocos días en el Pirineo navarro por José Antonio Echeverría Bomba.
lunes, 17 de enero de 2011
La escritura de los pájaros (Céleste Boursier-Mougenot)
Cuando estudiaba el origen (desconocido) del arte y del lenguaje, me encontré con la leyenda de que los sumerios dejaban a la intemperie sus primeras tablillas de barro para que los pájaros descendieran de su vuelo, posaran sus patas y dejaran inscritas sobre ellas las incisiones cuneiformes de sus afiladas garras. A partir de aquellos signos, elegantes e irregulares, surgieron los rasgos estilizados del alfabeto. ¿Cómo se vincularon, poco a poco, aquellas hendiduras con determinadas voces? ¿Cuál es el significado real de las correspondencias, entre naturaleza y cultura, materia y espíritu, que hemos ido conformando con el proceso civilizador? ¿Y qué vínculos hemos ido perdiendo en el camino? Nadie lo sabe. Si supiéramos eso, lo sabríamos todo. El arte de vanguardia, aparentemente caótico e insignificante, ha recuperado el misterioso mundo de la escritura volátil. Aquí tenéis un ejemplo bellísimo.
domingo, 16 de enero de 2011
Juan Pablo II
El metafísico, el fenomenólogo, el axiólogo, el poeta, el clandestino, el huérfano, el hombre de teatro, el obrero en la Solvay, el universitario, el resistente frente al nazismo, el resistente frente al comunismo, el crítico del capitalismo ("hay que cambiar el verbo tener por el verbo ser"), el que supo perdonar a su verdugo turco, el pacificador (Canal del Beagle), el teólogo, el exégeta, el crítico sanjuanista, el ecumenista, el políglota, el que no se escondió ante la vejez y la muerte, el místico, el enamorado de Cristo. El sacerdote. El apóstol. Petrus. El hombre.
miércoles, 12 de enero de 2011
Novedades literarias
Cinco novedades literarias, para las primeras semanas/meses del año, que me llenan de alegría. Demipage anuncia para el 25 de enero La siesta de M. Andesmas de Marguerite Duras, y justo para un mes más tarde Mis ceniceros de Florence Delay. ¡Genial! En su web, Siruela anuncia también, todavía sin fecha concreta, dos libros de Menchu Gutiérrez. El primero, Dentro del faro, no os lo perdáis (incluye, además de Basenji, su primera novela, un ensayo/relato sobre la vida en el faro de Igueldo, en plena bahía de la Concha, que he tenido la ocasión de leer en pruebas y que es maravilloso), y el segundo, La niebla, tres veces, una recopilación de tres de las primeras novelas que publicó en dicha editorial. Hablaré largo y tendido de ambos volúmenes. Jean Clair publica próximamente (marzo 2011) en Gallimard un libro con el sugerente título de Dialogue des morts. Y Philip Roth su novela anual (eso sí que es un aguinaldo), que se titula Némesis (Mondadori). Para mí es lo más destacable de la estrena del nuevo año.
lunes, 10 de enero de 2011
Revisiones 04
De vuelta en la Universidad, recibo revisiones 04, la revista que hacemos un grupo de profesores, colegas, amigos a los que nos interesa el arte contemporáneo, en todas sus manifestaciones. Está aún caliente el ejemplar, recién salido de la imprenta. Podéis ver en la portada el índice de su contenido picando en la foto de la derecha. Está lleno de joyas. Me resulta difícil destacar una. Si alguien desea adquirirlo, puede dirigirse a este correo electrónico: cfhuarte@unav.es
domingo, 9 de enero de 2011
Notas para un diario 186
sábado, 8 de enero de 2011
Escuela de Barcelona
"El abismo deviene visible en cada brecha. En cada transformación de la realidad, en cada cambio de forma, o en cada vez que el estado de una cosa es alterado, el abismo de la nada es atravesado y se hace visible mediante un instante místico pasajero. Nada puede cambiar sin producirse el contacto con esa región del ser absoluto".
Rabbi Joseph Ben Shalom, de Barcelona (siglo XIII)
P.S. Foto de Monika Horstmann.
viernes, 7 de enero de 2011
jueves, 6 de enero de 2011
El bibliófilo ocasional
La obra de arte es producto de la irregularidad. No puede haber norma regular para la gestación artística. La obra genial se produce cuando quiere. Y, si la gestación es libre e inesperada, ¿por qué el libro, resultado de esa gestación, no ha de ser también leído de un modo irregular y caprichoso?
Las lecturas que se hacen para saber no son, en realidad, lecturas. Las buenas, las fecundas, las placenteras, son las que se hacen sin pensar que vamos a instruirnos. Como un campesino conoce el fondo y el estiaje del menor regato o arroyo de su tierra, así el bibliófilo ocasional puede decir cuál es la existencia o cuál es la falla de un libro.
Azorín
P.S. Foto de la Biblioteca Pública de Nápoles.
miércoles, 5 de enero de 2011
martes, 4 de enero de 2011
Tell Yourself (Natalie Merchant)
Probablemente mi descubrimiento musical del año (o de la década) y lo hago nada más comenzar…
P.S. ¿Puede alguien por favor mandarme la letra?
lunes, 3 de enero de 2011
Notas para un diario 185
Ayer fue un día lleno de emails imaginarios. Tantos que sería imposible siquiera enumerarlos ahora. Te puedo dejar aquí algunas briznas que se me han quedado entre los dientes, como si fuera hierba seca. En uno de ellos, alguien me recordaba el momento en el que, después de la boda, tuve que ir diciendo a todas mis amigas que lo nuestro iba en serio, que ya nada sería igual. Nadie se lo creía, y mira, acabamos de festejar los veinte años de matrimonio. Mal que bien. En otro, alguien me hablaba de la muerte del poeta Péguy. Nunca más a propósito, estando yo el día entero en las terrazas de Biarritz, yendo y viniendo, como el señor de la foto, a la Roca de la Virgen. Alguien relataba que, el mes antes de su alistamiento, cuando faltaba poco para que algún soldado alemán le descerrajara el tiro de gracia en la cabeza, encima del montículo de los héroes del Marne, se la pasó yendo por París, de casa en casa, pidiendo perdón a todos a los que en algún momento de su vida había faltado al respeto. Así como suena. No quería tener enemigos. La noche antes de partir para el frente, a punto de disponerse a pegar la oreja a su almohada, con el alma en paz, recordó que se había olvidado de una modesta criada a la que había tratado con desconsideración. Se levantó en plena noche y se fue a implorar su perdón. ¿Sabía acaso que iba a morir? Lo desconozco, lo que si sé es que a su mujer le pidió que por favor le guardara los periódicos, para leerlos a su vuelta. Dicen que Péguy no era capaz de recitar el Padrenuestro (por aquello del cúmplase tu voluntad…) Se limitaba a rezar las oraciones a la Vírgen, las adecuadas (decía) para un pecador. Como Roth, Joseph, exactamente igual, de la estirpe de los mendigos espirituales. "Ya estamos con el dichoso pecado, el santo delito". ¿No te he dicho cien veces que a mí, de la religión, lo que menos me importa es el pecado? ¡Qué gracioso eres! El tercer email, del que me acuerdo: alguien me dice que le chifla el ensayo en el que la Baronesa Dinesen habla de los lemas de su vida. De todos ellos, el que más me gusta a mí es el de la familia de su amante Finch-Hatton: Je responderay. Una belleza. Por cierto, ¿sabías que en hebreo Isak significa el que ríe? Bonito para un pseudónimo, ¿no?
domingo, 2 de enero de 2011
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