Y para variar, una mala noticia: los responsables de la revista Goldberg, después de 10 años de trabajo, y 54 números magníficos dedicados a la música antigua, se despiden de los lectores y suscriptores con una lacónica nota electrónica, en la que anuncian la imposibilidad de continuar editando el magazine debido a dificultades económicas insuperables. ¿Otra víctima de la crisis? Seguro.
El modo de despedirse no es el adecuado, por muchas razones. Pero hoy no diré más al respecto.
Me voy a limitar a mandarles desde aquí un caluroso abrazo. Han hecho un trabajo grande. Épico. No es tiempo perdido. Y, como lector asiduo de esa revista, debo decir que he aprendido y disfrutado con cada una de las 54 entregas. Y he hecho, y seguiré haciendo cuando los repase, grandes descubrimientos.
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