Leo esta mañana un pasaje esclarecedor del ensayo
Hopper, pintor metafísico de
Elena Pontiggia: El propio pintor ha dicho, aludiendo a la interpretación de su obra: "se habla demasiado de soledad". Pero se le comprende poco si uno se limita a leer su pintura desde una perspectiva intimista. Lo que le interesa es la ontología, más aún que la psicología. De otro modo, se podría objetar, habría prestado más atención a los rostros, a su expresión facial. En cambio retrata la figura de lejos, y nunca secunda la curiosidad del espectador que querría conocer antecedentes, desarrollos y detalles.
El cuadro, Dos comediantes, del año 1966, es el último que pintó Hopper. Pertenece a un coleccionista privado.
4 comentarios:
Totalmente de acuerdo, Alvaro. Sus personajes son distantes porque están al servicio del clima metafísico, que es lo que realmente le interesa a Hopper. Qué maestro.
gracias por tu comentario, querida Eleonora
Un autre regard sur Hopper. Libro imprescindible, admirable: Claude Esteban, "Soleil dans une pièce vide", Paris, Flammarion, 1990. Uns suite de scènes, de courts récits inspirés par les toiles de Hopper. Une approche fidèle, avec un peu d'interprétation...
Félicitations pour ce blog,
cordialmente
*anne
gracias annepicard
en este momento escribo sobre Claude Esteban
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