viernes, 2 de julio de 2010

Notas para un diario 163





Volviendo en moto de Madrid, de madrugada, al paso del paisaje más bello del mundo, el que menos tiene, el que más te da, a los pies del Monte Cauno, me respondí a mí mismo que a partir de ahora sólo me dedicaría a una cosa: a comprender la vida y a intentar escribirla. En cuanto al "nouveau-né", le velasques de yale, hablaré pronto, mañana quizás.

Atribuido a Diego Velázquez, La educación de la Virgen.

No hay comentarios: