jueves, 18 de marzo de 2010

Annemarie Schwarzenbach

Nunca me ha interesado la vida de Annemarie Schwarzenbach. Me importa muy poco cómo o quién se acostara, quién o quiénes se enamoraran (por decirlo finamente) de ella. En cambio, me fascina el personaje, la escritora, el espíritu que late bajo esa apariencia a la vez frágil y fascinante. Vida y literatura es un binomio en el que hay que entrar con pies de plomo. La razón de fondo es que se trata de terra sacra, lo que precede inmediatamente a la zarza ardiente. Pero, hay otro motivo, complementario: en realidad es algo muy difícil, y que casi nadie sabemos hacer. Hace falta un altísimo grado de cultura, de civilización, de comprensión de lo que en la vida es juego, para entrar en la intimidad de un escritor, y no salir escaldado. Naturalmente, sólo se puede acceder a través del análisis del estilo. El estilo es el hombre (sin género). Ahí está todo lo que interesa. Todo lo que se puede preguntar. Lo demás es sagrado (lo repito, para ver si más de uno se entera aunque sea un poco de qué va todo esto). Leo Spitzer entendió un millón de veces más a Proust, o Florence Delay a Nerval, que todos sus biógrafos, y no excluyo a ninguno. Hannah Arendt comprendió más claves de Isak Dinesen, en su famoso ensayo (Men in dark times) que diez biógrafos, oficiales o no. Si quieres saber lo que para Tanne significó el matrimonio, el amor, el sexo, la escritura, Dios, Finch-Hatton, la culpa, no leas las mil páginas de la Thurman; lee antes las diez de la pensadora judía. O, aún mejor, ¿cómo no?, lee La historia inmortal o El buceador. Ahí está todo lo que interesa, todo lo que se puede preguntar. Ahí te encontrarás con que lo que importas eres tú (tua res agitur), lo que tú pienses sobre el matrimonio, el amor, el sexo, la escritura, Dios, tu Finch-Hatton, si es que lo has encontrado y, naturalmente, la culpa, siempre la culpa. Los escritores son gente extraña que viven mayormente en lo que escriben, y de lo que escriben.
Minúscula acaba de publicar Ver a una mujer, una narración de Annemarie Schwarzenbach que he leído de un tirón. Casi no hay trama ni argumento: apenas unas notas, un paisaje exterior y otro interior, y una o varias pasiones incipientes. Pero qué matices, qué serenidad en la aceptación de un destino dramático. No había entendido a esta escritora hasta leer este breve texto, pero ahora, es como si me hubiese colocado para siempre en el mismo campo magnético en el que ella habitaba.

26 comentarios:

JML dijo...

Tienes razón. La Schwarzenbach es uno de esos personajes que puede equivocar nuestra devoción gracias a o por culpa del mito de su vida exagerada. A mí tampoco me interesa la extravagancia que se le atribuye y sí su mirada limpia y apasionada y ese desasosiego íntimo, de criatura celestial, como si no fuera de este mundo. No sabía que hubiera novedades editoriales al respecto. Me apunto el libro que mencionas. El año pasado Minúscula publicó otro libro exquisito "Todos los caminos están abiertos", del que guardo un grato recuerdo.
Saludos

Adelarica dijo...

sí, también era precioso! Un fuerte abrazo, ¿no escribes en tu blog?

frikosal dijo...

No la conozco pero quisiera preguntarte algo. Mencionas su religión y hace unos días hablabas de la expulsión de los judíos y citabas un importante número de pensadores judíos que claro está no eran españoles. ¿Hasta que punto es importante su religión o tal vez su cultura? ¿En que radica esa importancia ?

Adelarica dijo...

la importancia de la religión? en general? para los judíos? para la Schwarzenbach? para mi? no sé si entiendo bien tu pregunta
en realidad he mencionado a Dios, pero me refería a Isak Dinesen
en todo caso, la religión será importante para quien lo sea
parece una perogrullada, pero no lo es

Adelarica dijo...

para mí lo era, para muchos de esos pensadores judíos lo era, para Isak Dinesen también, no así para A.S, creo, pero no lo sé en realidad…
me refería a que las cosas más radicales se ven en el estilo, más que en las grandes declaraciones de principios

frikosal dijo...

Yo lo decía más en general: ¿Hay algo así como un hecho de ser judío que aporte una visión diferente del mundo o tal vez una profundidad especial o qué se yo?. Y esto explicaría la abundancia de pensadores judíos -no olvidemos a Einstein- que sería superior al promedio (¿es realmente así?). Y si esto es cierto ¿en que consiste este "don", por llamarlo de alguna manera? ¿Sería algo cultural? ¿religioso? ¿genético?

Adelarica dijo...

perdona, ahora entiendo perfectamente tu pregunta

que por cierto, es la pregunta del millón

imposible responder aquí

piensa solo una cosa, el hebreo bíblico, que hoy entiende cualquiera que hable el hebreo que se habla en Israel, tiene una continuidad como idioma de más de 3000 años

tres mil años de continuidad entorno a unos textos (¿inspirados?) que han conformado una forma mentis, muy racional en el fondo pq está muy vinculada a la letra escrita

cuando la mayor parte del mundo era analfabeto, cualquier niño judío de 12 años analizaba cada tilde la ley escrita, con lupa, y eran capaces de dar una docena de interpretaciones de una metáfora o de una comparación

y después, al ser nómadas, de alguna manera, es el pueblo más inculturizado que haya habido (mesopotamia, egipto, norte de africa, las costas mediterráneas, etc, etc… todo lo han integrado en un sistema ya de por sí muy coherente)

Icíar dijo...

Lo cual no está mal. Si quieres saber lee directamente lo que ellos escribieron antes que lo que los 100 biógrafos escribieron de ellos, y al mismo tiempo, guarda lo que pienses. No te vayas a convertir en otro biógrafo.

Adelarica dijo...

a veces hay que guardarlo, a veces compartirlo, el Apocalipsis dice (perdón por la cita): Lo que veas, escríbelo…

JML dijo...

Gracias por preguntar, Álvaro. Pues no, de momento no voy a escribir más. He decidido tomarme un descanso. Necesito tiempo para intentar escribir algo de mayor enjundia. Más adelante retomaré el blog.
Otro abrazo para ti.

Adelarica dijo...

es posible que yo haga lo mismo

manténme al corriente por favor del resultado

JML dijo...

Lo haré. Gracias por tu interés.

Adelarica dijo...

de nada

frikosal dijo...

Bueno, está claro que el tema es complicado. Ese es el problema de las preguntas del millón. Tal vez habría que verlo desde dentro, aunque fuera brevemente, para poder formarse una idea. Yo lo desconozco.

Como método de trabajo yo propondría olvidarnos momentáneamente de lo que pasó hace 3000 años y para varios pensadores notables, analizar caso por caso cuales fueron las influencias en la infancia, el ambiente que se vivió, las primeras lecturas etc. Claro está que la historia pasada habría influido en cuales fueron esos estímulos pero hay que explicar las cosas centrándonos en los individuos.

Después habría que hacer algo parecido con pensadores no judíos y ver que diferencias hay. Tenemos por ejemplo a Newton, una de las mentes más lúcidas de la historia. Newton vs. Einstein ?

Ahora me ha venido un flash y he buscado a Newton, he encontrado esto y veo también (no lo digo por ti) una especie de obsesión en este tema ¿justificada?

Hace poco me enteré de que Arquímedes casi había inventado el análisis matemático, muuuucho antes que Newton, pero Arquímedes seguro que no era judío, ¿no? (!)

Un saludo y decirte que tengo tu "Kafka y el holocausto" en la mesilla de noche, de momento solamente le he podido dar un vistazo. Siendo agrimensor, es normal que me interese Kafka ¿no? :)

paisajescritos dijo...

Tuve el libro entre manos ayer. No conozco a la autora, me llamó la atención el título, y al cogerlo vi que la autora era una mujer. Me hizo pensar, por lo general la mujer no ve a la mujer. Deduzco que ni siquiera es autobiográfico. Ahora sé que voy a volver a la librería (una pequeña que tenemos aquí pero bien surtida) por él. Sabes, iba en busca de paisajes.

ossip dijo...

La obra de un escritor es lo importante, no su biografía. Estoy de acuerdo. Aunque no sé de nadie que se haya desentendido de la vida de sus escritores favoritos; conocerla (u homenajearla) no implica darle un valor interpretativo. ¿Qué opinas de las "Vidas imaginarias" de Marcel Schwob?.

(Leí recientemente tu libro sobre Kafka. Me ha ayudado a entenderlo mejor. Gracias y un saludo)

Adelarica dijo...

a ver, vayamos por parte, frikosal, lo primero ,gracias x tener el libro y tener la paciencia de leerlo

te contesto

yo sí estoy obsesionado con el tema, así que no te disculpes…

te reto a que repases la lista de los premios Nobel de Israel ( Alfred Nobel tampoco era judío) y los compares por ejemplo con los españoles

mira, agrimensor, quel bel nom, tú eres un empirista, y yo soy un poeta, o aprendiz de poeta, alguien a quien le interesa la imaginación simbólica, no la medida de las cosas, sino justamente lo que hay au-delá de la mesure des choses

lo que está más allá del límite…

y te aseguro que para construir una imaginación simbólica, es esencial no olvidarse de nada, y menos que nada de la tradicón/tradito/entrega

de la misma manera que las Caterdrales no se hicieron en una sola generación…

pero, above all, gracias por tu interés, yo te admiro

Adelarica dijo...

magdalena, me quedo acojonado de lo lista que eres…
ves las cosas antes de…
intuición, amor a la verdad, a la belleza, formatio latina…
encontrarás un paisaje, interior sobre todo (más allá de Saimt-Mortiz, algo inesencial)
oye, dos cosas:

1. ver a una mujer, ¿por qué coño no os veis unas mujeres a otras? cuánto se aclararía si no existiera ese tabú

2. No quiero ir a tu villa/mágica y que no estés en condiciones de dedicarme al menos un día… (creo que a estas alturas me lo merezco)

Adelarica dijo...

gracias Ossip, gracias de verdad por leer el libro, si pudieras saber lo que eso significa para mi…

Schwob es un grande, sin duda y sus vida, un clásico, que apunta en la dirección correcta, la del misterio de la condición humana, solo verosímil si es imaginada…

yo, ahora que nadie nos oye, te diré que me he tragado hasta el último comentario, de todos los escritores a los que admiro/amo

así que consejos vendo que para mí no tengo, también en esto

Belnu dijo...

Cuánta razón, Álvaro! Lo he comprobado y es una de mis claves en el ensayo de mis escritoras, que con suerte saldrá pronto. Basrame en mi lectura de sus textos y no en lo que contaban sus biógrafos, exceptuando un caso honrosísimo de biógrafa perceptiva, la de Jean Rhys. Pero qué espantosa biografía la de Marion meade de Dorothy Parker. Sin una tesis, un hilo, un rastro psicoanalítico, qué sordidez de cotilleo, de obscenidad, de mal gusto... como esa biografía de Gil de Biedma de Miquel Dalmau, donde dicen que se ha olvidado sobre todo del escritor y se ha dedicado a las puras correrías sin discreción, misericordia ni percepción más allá. Lo que nos interesa es el espíritu del escritor o el artista y en ese sentido, la parte de su vida que lo refleje, que lo espejee será bienvenida. Et pour le reste on se'n fout!
Leeré enseguida ese librito. Gracias!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Belnu dijo...

Ah, lo olvidaba, aunque la intención de Todorov sea buena, para mí, ese Vivre dans le feu biográfico y de cartas sobre Marina Tsvietáieva me parece muy por debajo del nivel de su obra. Creo que tiene razón Ana Maria Moix en que Marina se equivocó en todo menos en la literatura, y por tanto, todos esos horrores, francamente, no llegan a la suela del zapato de cualquiera de sus libros, como esa Viva luz de vida que publicó Minúscula, o el de Goncharova, o El Diablo, o Un espíritu prisionero...

Adelarica dijo...

bien sure, une chose c´est notre Marina, unique, essentielle, et une autre c´est le gen qui se croissent très intelligents…

paisajescritos dijo...

Álvaro, por partes. Con independencia de que lo merezcas (-)o no :), creo estar en condiciones de dedicarte ¿asi debo decirlo? un día y más. Mejor antes que después. Y entonces, te contestaré a la primera de tus preguntas. Un beso.

Delphine dijo...

quand je lis ce billet, je sais que ce serait dommage que tu nous en prives en ne continuant pas ce blog.

Adelarica dijo...

mag, pues estoy deseándolo…

delph, je suis très fatigué!

José Luis dijo...

Excelente el librito de Annemarie, excelente y clarificador, y contundente en su economía y en su prosa. Una gran-pequeña lectura.