martes, 8 de septiembre de 2009

Mavis Gallant

A mi amiga M.M. en su cumpleaños
De ninguna manera inédita en castellano (existen dos espléndidas colecciones previas de Sirmio y una de Alba, sobre el mayo del 68), Mavis Gallant (Montreal, 1922) sigue siendo no obstante una desconocida entre los lectores españoles. Y vaya si es una pena. Lumen, que va sumando aciertos, recoge ahora una suerte de Collected Stories de la Gallant, agrupadas con un criterio cronológico. A mí me fascina Mary Gallant. Me parece una de las más grandes de los últimos cincuenta años. Historias con frecuencia mínimas. Bien trenzadas; mimadas con ternura. En la máxima soledad creativa. Con unos personajes (especialmente los femeninos) sutiles, elocuentes, inolvidables. Situaciones a menudo de cambio: de ciudad, de pareja, de vida. Inicios de etapa, con sus falsas promesas. Partidas, apuestas que llevan en sí la semilla podrida de la falta de futuro. Vocaciones, llamadas interiores, otras tantas frustraciones. Sabe como nadie que el ser humano necesita, para desarrollarse, un tiempo del que a menudo va a carecer. Parece un tópico, pero es la más europea de las escritoras en lengua sajona. Mucho más que las inglesas (Elizabeth Bowen incluida). Ninguna de las corrientes filosóficas o estéticas del siglo pasado, desde el nihilismo hasta el nouveau roman, deja de tener su eco en el mundo de la Gallant. Pero lo esencial es, claro, el modo en el que todo eso ha quedado asimilado y digerido, vivido diría yo. Ni un gramo de pedantería. Al contrario, la mayor naturalidad, la más desarmante naturalidad.

9 comentarios:

Icíar dijo...

Gracias Álvaro, otra vez.
Haces una descripción de ella como para no resistirse.

Adelarica dijo...

es francamente buena: a mí me encantan esos conjuntos hechos de relatos sueltos, aparentemente inconexos pero en el fondo muy trenzados, con una visión del mundo y de la vida que pasa por entre las vidas de cientos, o miles, de personajes distintos; a veces me tiro meses leyendo a un autor/a como ésta y me da la sensación de que al final me ha cambiado la manera de mirar

sara dijo...

Otro nombre que apunto y, sinceramente, ya no sé de dónde sacar tiempo para leer todo lo que me gustaría! Y, además, siempre aciertas con las fotos...

Adelarica dijo...

me contó Julien Green que, durante años, iba a diario a Galligany, en la rue de Rivoli (todavía está ahí, a mí me encanta), y que, cuando compraba sus libros, el librero le decía invariablemente: ah, señor Green, lo que no puedo venderle es el tiempo para leerlos
gracias!

Icíar dijo...

Jajajaja, cierto, cierto. Ese es el malestar que a mí se me había quedado. Me gustaría, lo pongo a la cola, no sé si llegaré.

Lo del Sr. Green me lo copio.

Belnu dijo...

En "Si un árbol cae" yo citaba Varieties of Exile, un título suyo que siempre me gustó, también leí sus Paris Stories pero confieso que me sorprendió el libro de Alba sobre el mayo del 68! Ni se ha hablado de él y es realmente interesante la perspectiva de esa americana en París observando aquella conmoción ideológica.

Adelarica dijo...

yo no lo he leído aún, pero pienso hacerlo

Anónimo dijo...

Somos siempre un proyecto de futuro, y por eso siempre nos falta tiempo. Lo interesante es lo que hacemos con el tiempo que tenemos. Y cómo nos enfrentamos a su paso.

Buscaré, como siempre.

Icíar dijo...

Pues sí Eterna, y encima nos divertimos.

He de reconocer que estuve este mediodía de caza en el fnac. A pesar de funcionar ya con el formato digital, me encanta ir de caza a esos campos. No encontré a Mavis Gallant, ni a Sara, aunque sé que están. Volveré a ir.