Jorge Trías Sagnier me habla de un sacerdote francés, el padre Patrick Desbois, que ha dedicado muchos años de su vida a reconstruir la verdad de lo que ocurrió en Ucrania y Bielorusia durante la Shoah. El padre Desbois tuvo la intuición, aparentemente absurda, de que lo peor del paso de los alemanes por los países de la Europa Central sucedía fuera de los campos. Pensaba de manera muy inteligente que, si dentro de un sistema reglado ocurrió el exterminio masivo de los judíos del centro y el este europeo, qué no habría ocurrido fuera, donde la cruel arbitrariedad de los hombres, convertidos en bestias, podía campear a sus anchas. Y no se equivocó. Después de años de trabajo, ha podido demostrar, en obras como la exposición celebrada en París y titulada La Shoah par balles o en el libro Porteur des mémoires, (Michel Laffon, 2007), que sólo en Ucrania fueron fueron asesinados, bala por bala, de manera individual, más de un millón de judíos. Os propongo que veáis estos dos vídeos, en los que el padre Desbois conversa con Daniel Mendelsohn, autor de la importante obra Los hundidos. En busca de seis entre seis millones, de la que hablaré otro día. Se dicen cosas atroces sobre el asesinato individualizado de seres humanos, especialmente de niños, y, a él no le duelen prendas en reconocerlo, y a mí tampoco, sobre el antisemitismo de raíz cristiana que, ojo, sigue, según ha podido comprobar el propio sacerdote durante sus investigaciones sobre el terreno, muy presente entre los ucranianos (y yo me temo que no sólo entre ellos).
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