martes, 2 de agosto de 2011

Notas para un diario 213


Os recomiendo que piquéis en la foto del cuadro de Jean Brueghel que se expone estos días en El Prado con la escena de la tempestad en el lago de Galilea. Cristo duerme en medio de la tormenta y del color azul. A diferencia de lo que ocurre en un cuento que siempre me horrorizó (La cigarra y la hormiga), yo soy de los que prefiero dormir ante las tempestades. La noticia de la crisis global pueden amargarte el verano, no sé si con razón o sin ella. En materia económica soy el más perfecto ignorante. Si vamos a una ruina generalizada, eso no contradice mis más íntimos temores ni mis esperanzas tampoco. El sueño y el ensueño son realidades de las que casi nunca he salido en mi vida. Como las niñas de una amiga que atienden a las explicaciones sobre el altar de Pérgamo que escucharon hace días en Berlín. Las crisis pasan pero la belleza queda. Al menos queda el recuerdo de la belleza.

2 comentarios:

Eleonora dijo...

Tal cual, Alvaro. Te lo dice una argentina, que de crisis damos cátedra.

Adelarica dijo...

gracias Eleonora

por aquí no hay quién entienda nada