martes, 19 de junio de 2012

El viajero sobre la tierra



Un joven decide estudiar en la gran Universidad del Sur, del Sur de la Confederación derrotada y humillada por los yankees. La vieja institución que Jefferson fundara para educar a los hijos de las grandes familias terratenientes en el espíritu clásico y europeo. En medio de ese maridaje explosivo e imposible de cultura y naturaleza, de paganismo, sensualidad contenida y rigor protestante, camina torpemente un ser atribulado, un personaje en el que Green consiguió la proustiana hazaña de trasponer su yo más profundo. Bajo la fría belleza de la arquitectura jónica acabará muriendo, ahogado en las aguas turbulentas del río de la vida, incapaz de asumir su realidad afectiva y sexual.
Esos son algunos de los trazos principales de la primera novela de Julien Green, la que contiene en germen todo el universo narrativo que desplegará, a lo largo de seis décadas de incansable producción, en un corpus novelístico fascinante.
Emboscada en una novela de género (gótico) que no sirve en modo alguno para explicar ni su complejidad psicológica ni su inmensa riqueza espiritual, aquejada aún de la inexperiencia de un novelista hasta entonces inédito, Green maneja con asombrosa naturalidad, en paralelo con autores como Schnitzler o el propio Kafka, la noción freudiana de lo unheimlich: algo más o menos indefinible que va ascendiendo desde lo irreconocible a lo no familiar y a lo abiertamente siniestro.

1 comentario:

Váitovek dijo...

Ther is no such thing s a long poem...igualmente, no nos es dado escribir más que un libro, y eso cuando se logra escribir uno, cosa que apenas sucede.